Y García Márquez se suma al coro: “a los editores los mando yo, tranquila y dulcemente, al carajo. Son una verdadera plaga”. Y añade: “Todo se reduce a esta frase que es imbatible: todos los editores son ricos y todos los escritores son pobres”. Una frase, dicho sea de paso, más pintoresca que imbatible en boca de García Márquez.
Jorge Herralde, Opiniones mohicanas. Ed. El acantilado, Barcelona, 2001.
No hay comentarios:
Publicar un comentario