martes, 26 de octubre de 2010

entre los dos pulgares









La palabra misterio hay que aplastarla
como se aplasta una pulga,
entre los dos pulgares.
La palabra misterio ya no explica nada. 
(El misterio es nada y la nada no se explica por sí misma.) 
Habría que reemplazar la palabra misterio 
(al menos por hoy, al menos por este "poema") 

por lo que yo siento cuando pienso en los trenes de carga
que pasan de noche por la Gran Salina.



 Ricardo Zelarayán, 1972.








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