lunes, 22 de noviembre de 2010

tu melena de novia en el recuerdo







Ella tenía un pelo digno del tango
"Sur", estrofa primera, tercer verso.
Tenía también una sonrisa digna
de un poema aún no escrito.
Una noche, por razones que no vienen
ahora al caso, me abrazó.
Yo le pedí que me besara.
Ella me besó. Pocas mujeres
son capaces de dar a un hombre,
simple y sencillamente, lo que éste les pide.


Fue un beso intenso, largo,
iluminado. Fue en la mejilla.
Pero eso no es lo importante
de este poema. Ella esa noche terminó,
según entiendo, en la pieza con otro hombre,
totalmente vestida, con los zapatos
aferrados a su mano derecha
a la altura de su vientre, y así durmió
hasta la mitad de la mañana.

Pero no es lo más importante, eso,
en este poema, tampoco. Lo que yo
descubrí esa noche, y hoy quiero
decirles a ustedes, es: que ella,
quisiera o no quisiera, se diera
cuenta o no, sería en la vida
esplendorosamente feliz.



Eduardo D´Anna (Rosario, 1948), Historia moral, Editorial Ciudad Gótica, 2004. 



 

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